Después de casi dos años de uso de la silla de paseo, creo que ya va siendo hora de hacer la valoración.

Con el tercero, Anuar, tuvimos claro que no compraríamos un cochecito completo con su capazo y mil histórias por varios motivos.

Primero porqué ya tuvimos la experiencia de los dos predecesores, a los que el capazo no les gustó nada. Marwan lo usó un poco más porqué al ser el Matrix de Jané, se podía reclinar un poco. Adam lo usó solamente en dos ocasiones, no lo soportaba, prefería ir pegadito a mi porteando.

Y como en Alemania no tenemos coche, nos movemos andando o en transporte público, con lo que necesitábamos algo muy ligero, manejable y qué ocupase poco. Lo que más se nos ajustaba era una silla ligera homologada desde el nacimiento, que de hecho ya teníamos una Chicco en el trastero, pero todas tenían la misma pega, las cestas eran muy pequeñas y necesitábamos cargar la compra por eso de no tener coche.

El bebé tenía que nacer a primeros de julio con lo que el frío no era un problema, pero de haber nacido en invierno, lo hubiese solucionado con un capazo blando.

Después de darle muchas vueltas, me topé con la Espresso de Inglesina ¡Tenía todo lo que buscaba!

Tiene las ruedas grandes con amortiguación y que se adaptan a cualquier tipo de terreno. El manillar unido permite manejarla con una sola mano (muy práctico en los días de lluvia). El manillas es regulable en altura, está forrado de espuma y con forma ergonómica, con lo cual es muy cómoda de llevar.

Se puede usar desde el nacimiento ya que reclina por completo. El asiento está acolchado pero yo le puse una colchoneta extra de memory foam para que fuese todavía más confortable. y tiene el reposapiés regulable. Para los primeros meses le compré un reductor de la marca Diono para que el bebé no fuese tambaleándose.

También incorpora una gran capota con protección UPF 50+ la cual me resultó muy útil en verano. Por la parte de atrás tiene un faldón con un bolsillo unido a la capota con cremalleras. Este se separa, se enrolla para arriba y se engancha con un clip. De esta forma la capota se puede regular en más posiciones, colocándola frente al bebé si el sol da de caras. A parte, sirve para que en los meses más calurosos el aire circule y no se quede estancado en la capota.

La cesta es muy amplia y accesible aún estando el respaldo reclinado. Esto nos viene muy bien para hacer la compra. ¡Ojo! no se debe cargar el cochecito más de lo que marca el fabricante o si se estropea, no lo cubrirá la garantía. Nosotros asumimos ese riego y de momento, la silla resiste. La hemos cargado hasta arriba, con bolsas colgadas del manillar y ni ha chirriado.

Por el tamaño también nos ha ido estupendamente, no hemos encontrado puerta ni ascensor que se le resista. Las medidas abiertas son ancho 47,5 x alto 80/105 x largo 86 cm.

El plegado tan compacto es otro punto a favor, tiene la ventaja de que se aguanta de pie, lo que permite guardarla en cualquier rincón sin que se resbale. Las medidas plegadas son ancho 47,5 x largo 75 x alto 34 cm.

De peso está muy bien, tiene un peso estándar para una silla ligera (8,35 kg) pero con prestaciones y diseño de todoterreno.

Para lo completa que es, el precio no fue excesivo. Me costó (bueno, a los bisabuelos) 193 euros y viene equipada con la burbuja de lluvia y un cubrepiés.

Si me preguntas si volvería a comprarla, mi respuesta es sí. Estoy muy satisfecha, cubre todas nuestras necesidades. Es más, ahora que estoy mirando gemelares para cuando llegue el Bebé4, ya he buscado si hay alguna similar doble.