El parto puede desencadenarse espontáneamente de dos formas distintas. Una de ellas es por la rotura o fisura de la bolsa de líquido amniótico (comúnmente denominado romper aguas, romper fuente…) y la otra por el desencadenamiento de las contracciones.

En ambos casos, el proceso seguirá de la misma manera: deberás pasar por la fase de dilatación que va acompañada de contracciones. Estas contracciones suelen empezar siendo muy suaves y espaciadas y a medida que el parto avanza se van intensificando y son cada vez más cercanas unas de otras y más duraderas.

Tanto si estás pensando en un parto natural como si tu intención es ponerte la epidural, te conviene saber como sobrellevar el dolor. Si vas a optar por la epidural, debes saber que no te la van a poner enseguida que llegues (a menos que ya el parto esté avanzado). Suelen esperar a qué tengas un mínimo de 3-4 centímetros de dilatación para que la anestesia no frene el proceso.

Las contracciones son distintas en cada mujer y en cada parto, también influye el umbral del dolor de cada mujer. Hay mujeres que notan mucho dolor desde el principio y otras que no notan dolor o no lo notan casi hasta el final (como me ocurrió a mi en el tercer parto).

El tiempo de dilatación también es diferente en cada ocasión. Hay mujeres que dilatan muy deprisa y otras que pueden estar muchas horas ¡hasta un día entero! Por eso es importante aprender a manejar el dolor para que el miedo y los nervios no te invadan y afecten de forma negativa.

Muchas mujeres, cuando hablan del parto, comentan que le tienen miedo al dolor. Justamente es ese miedo el que va a hacer que el parto duela. El miedo es un sentimiento desagradable que  viene provocado por la percepción de un peligro o riesgo, sea real o supuesto. Ese sentimiento de miedo, lo que hace es activar la producción de adrenalina y, como consecuencia, inhibe la producción de oxitocina, lo que puede hacer bajar la intensidad y efectividad de las contracciones prolongando la duración del parto.

Para vencer a ese miedo debes saber como funciona el proceso de parto a nivel fisiológico, como conocer físicamente el hospital al que vayas a ir, los protocolos, la manera de proceder del personal, etc. porqué va a contribuir muy favorablemente en la disminución de ese miedo.

Dicho esto, y sabiendo que el proceso de dilatación puede durar bastante, te voy a recomendar algunas posturas que te ayudarán a apaciguar ese dolor durante esta fase.

La posición más recomendada para la dilatación es sentarse sobre una pelota de pilates.

Debes sentarte con las piernas abiertas para permitir que la pelvis se abra y el bebé pueda descender hacia el canal de parto. Hacer movimientos circulares o en forma de 8 ayudará a movilizar la pelvis.

Una vez venga la contracción, debes inclinarte hacia delante y apoyarte en la cama o en tu pareja permitiendo que la tripa «cuelgue». La respiración ha de ser suave. Debes coger aire y soltarlo muy suavemente como si soplaras hacia la llama de una vela y quisieras moverla pero no apagarla. Concentrarte en la respiración, hace que tu mente desconecte un poco del dolor.

Imagen de brefisio.com

Hay mujeres a las que el dolor se centra en la parte del abdomen, pero a otras nos recorre la parte baja de la espalda y es de mucha ayuda que alguien te frote o te haga presión en esa zona durante la contracción.

De rodillas en el suelo, también puedes usar la pelota para apoyarte y balancearte. La respiración durante las contracciones será la misma que he comentado anteriormente.

Si no tienes pelota, puedes hacer esta misma postura sobre la cama, con los antebrazos apoyados en la almohada y la tripa casi tocando el colchón. O de rodillas en el suelo apoyándote en la cama o en tu acompañante.

Algunos hospitales disponen de salas de dilatación o paritorios adaptados para hacer esta fase más cómoda y llevadera.

Sujetarte de tela que cuelga del techo o de las espalderas con las piernas abiertas y las rodillas un poco flexionadas también es una buena postura para aliviar el dolor de la contracción.

Estas son algunas de las posturas más habituales, lo que debes hacer es escuchar a tu cuerpo y colocarte de la manera que estés más cómoda y mejor te sientas.

Los baños o duchas con agua caliente también ayudan a calmar el dolor, pero no todos los hospitales ofrecen está posibilidad.

Algo a tener en cuenta a la hora de escoger el hospital donde nacerá tu bebé, es preguntar si durante la dilatación podrás tener libertad de movimientos o por el contrario, te harán estar tumbada en la cama o con el monitor fetal durante prácticamente todo el proceso. El estar tumbada o conectada al monitor, dificulta bastante el manejo del dolor y es importante valorar ese factor.

Si estás embarazada en Alemania, seguramente ya sabrás que son muy pro parto natural, por lo que todos los hospitales están adaptados y permiten mucha libertad a la futura mamá a la hora de decidir sobre su parto.