Desde 1988, el 28 de mayo se celebra el Día Internacional del Juego para recordar que el juego es un derecho del niño y es por eso que hoy os traigo un tutorial para hacer las famosas botellas sensoriales o frascos de la calma.

En internet hay muchos tutoriales, no traigo nada nuevo, pero ya que las hemos hecho os las dejo por aquí.

Material para botellas sensoriales

Lo ideal es que las botellas sean lisas para poder observar bien el interior. En nuestro caso, hemos usado botellitas de zumo que son de las pocas que no hay que devolver. Si lo prefieres, puedes comprar botellas especiales para este fin que se pueden precintar.

Los objetos para rellenar son de tu elección. Nosotros hemos usado bolas de porex con purpurina, estrellitas de manualidades, cascabeles de colores, estrellitas de papel de colores y unas cuentas brillantes. Me hubiese gustado poner pompones de colores pero no los encontré. También puedes rellenarlas con muñequitos de juguete, conchas de playa, arena… ¡lo que se te ocurra!

Si quieres rellenarlas de líquido, has de usar una parte de agua y otra de aceite de bebé o jarabe de maíz. Esto hace que el liquido sea más denso y los objetos del interior caigan más lentamente. Recuerda no poner objetos que puedan oxidarse.

Te dejo las fotos del proceso para que veas lo fácil que es. El tercero, con casi tres añitos, se encargó de llenar las botellas con los objetos.

Niño llenando la botella con estrellas de papel de colores.

Niño llenando la botella de bolas de pórex doradas

Una vez tengas las botellas llenas y estés conforme con el resultado, es muy importante sellarlas bien para que no haya peligro. Para ello usaremos la pistola de cola líquida que pega muy bien y seca en un momento.

Niño observando la botella de la calma llena de papel

NIño observando la botella de la calma con cascabeles

Niño fascinado viendo como se mueven las estrellitas en el interior de la botella.

Espero que te hayan gustado, si te animas a hacerlas con tus hijos o para tu bebé, ¡me gustaría verlas!