Las que me seguís por Instagram, estáis al corriente de que llevo 2 semanas con pródromos de parto y estoy desesperadita. No porqué la niña nazca ya, porqué todavía es pronto, aun nos faltan dos días para llegar a las 37 semanas y que sea un parto a término. Si no, porqué estar casi todo el día o media noche en vela con contracciones molestas y regulares, esperando a ver si van a más para saber como actuar, y que luego se paren es desesperante.

A este proceso previo al parto, se le llama pródromos de parto. El cuerpo se prepara para el día del nacimiento.

Hay mujeres, sobretodo primerizas, que no los notan. Pueden comenzar semanas, días o horas antes del parto.

Los pródromos de parto se caracterizan por contracciones un poco molestas o dolorosas, pero no son las mismas que las de de Braxton Hicks que solamente «entrenan» los músculos del útero.

Suelen no ser rítmicas ni regulares y su función es la de borrar y ablandar el cuello del útero para dar paso a las verdaderas contracciones de dilatación.

Se notan en la parte baja del abdomen y duran menos de 60 segundos, aunque en mi caso, llegan a superar el minuto y eso es lo que me tiene en alerta todo el día. Además no son regulares, una puede tardar 4 minutos, la siguiente 15 y otra 7 ni de la misma intensidad y pueden hacernos dudar si estamos o no de parto.

“Si la mujer duda si está de parto es que no lo está. Cuando estás de parto no lo dudas nunca.” Inma Marcos. Comadrona

¿Cuándo debes ir al hospital?

Debes plantearte ir al hospital cuando las contracciones sean rítmicas. Más importante que la durada entre una y otra, es que sigan una dinámica. Por lo que si vienen cada 5 minutos, o cada 7 o cada 10, mejor ir a que te vean. Si es un primer parto, tampoco es necesario ir corriendo (siempre que no haya ningún otro síntoma de alarma), si el dolor es llevadero puedes esperar unas horas en casa para que el cuello del útero tenga tiempo de modificarse. Si no es tu primer parto, seguramente te sean familiares y tendrás menos dudas de cuando acudir.

No te preocupes por ir al hospital para nada, si te sientes más segura ves a que te valoren y así seguir el proceso tranquilamente en casa. Los nervios en estos momentos no ayudan.

En mi caso, el otro día estuve con contracciones rítmicas y molestas unas seis horas, pero sabía que no era parto, lo presentía y finalmente cesaron. Aunque confieso que en algún momento me hicieron dudar.

¿Cómo puedo afrontar los pródromos de parto?

Si durante esta fase las contracciones son dolorosas, al igual que con las contracciones de parto, puedes ayudarte con la respiración.

En mi caso, las respiraciones que me funcionaron para sobrellevar los dolores en el último parto fueron así: coger aire lentamente hinchando el abdomen, no los pulmones y soltarlo despacito como si soplases la llama de una vela pero sin querer apagarla. El estar pendiente de la respiración, hace que «te olvides» del dolor y este sea menos intenso.

Es importante mantenerte hidratada, si no tienes hambre no te fuerces, come lo que tu cuerpo te pida pero no olvides tomar agua, zumos, infusiones… lo que te apetezca.

Durante esta fase de pródromos, sobretodo si se alarga muchas horas, aprovecha para descansar en los ratos que no tengas contracciones. No sabes el tiempo que queda por delante y hay que llegar descansadas al parto.

Otros signos que nos avisan de que el parto se acerca

Durante los pródromos de parto, suelen haber otros factores que nos avisan de que el momento del parto no está muy lejos.

  • Pérdida del tapón mucoso: Como he comentado antes, en esta fase se borra y se ablanda el cuello uterino y es habitual que salga el tapón mucoso. Este tapón hacía de barrera en el cuello del útero para proteger al bebé de infecciones y gérmenes. Es una sustancia gelatinosa que a veces puede estar manchada de sangre porqué al soltarse se rompe algún capilar. No es necesario acudir al hospital, solamente en caso de que haya un sangrado abundante o algo que nos haga preocupar.
  • Síndrome del nido: Puede que de repente, sin saber muy bien porqué, te entren unas ganas insufribles de ordenar y limpiar todo. No te estás volviendo loca, es una actitud muy mamifera. Las hembras de la mayoría de especies mamiferas, preparan su madriguera para la llegada de las crías. Si tienes perras o gatas que han tenido crías, posiblemente hayas visto como buscan en la casa un lugar tranquilo y agradable.
  • Vómitos o diarrea: Nuestro cuerpo es sabio y una forma de abrir paso al bebé es liberar los intestinos para que tenga más hueco. Por eso es posible que sufras de vómitos, diarrea o heces sueltas.
  • Necesidad de estar sola: Otro signo muy mamifero similar al síndrome del nido, es el querer estar tranquila y relajada apartada de todos. Posiblemente solo te apetezca encerrarte en la habitación a oscuras a leer, escuchar música o simplemente a pensar y conectar con tu bebé.
  • Signos emocionales: Muchas mujeres sufren cambios repentinos en el carácter. Las ganas por ver a nuestro bebé junto a la insistencia de la gente, pueden ponerte de muy mal humor y puedes estar más irritable de lo normal. Si es tu caso, céntrate en el bebé y tu y deja al lado los pensamientos que te hacen sentir mal.

Y hasta aquí el post de hoy, creo que no me he dejado nada. ¿Me cuentas tu experiencia?