Por fin estamos de vacaciones, me encanta no depender de los horarios del colegio y poder disfrutar más del tiempo en familia aunque eso traiga también momentos de locura, pues quieras o no, a veces los niños se aburren.

Pero aquí, una que es previsora, se fue ayer a comprar material para hacer manualidades estos días de vacaciones y tenerlos entretenidos un rato. En Alemania suelen decorar las casas acorde con la estación del año o las festividades del momento, por lo que me uní a su tradición y me cargué de cosas para decorar huevos de pascua.

Siempre intento proponerles actividades que no les resulten demasiado complicadas para que el resultado sea bueno y no se desmotiven. Nunca me ha gustado que traigan la super manualidad del cole y que gran parte de la misma esté hecha por la maestra. Prefiero algo sencillo pero que les permita expresarse y plasmar su estilo.

Así que la idea de pintar huevos de verdad, entre lo difícil que es sacar el huevo de dentro y con lo frágiles que son, no era una opción y compré huevos de plástico (de colores y blancos) y muchas cosas de colores y con brillo para pegar.

A los niños les resulta muy fácil decorar con figuritas autoadhesivas de goma eva y yo me evito tener que pasarme tres días barriendo purpurina.

El tercero, con dos años y medio, rápidamente pegó las figuritas al  huevo y yo no tuve que estar pendiente del pegamento. ¡Está super orgulloso con su huevo!

Los mayores, además, pegaron lentejuelas y papelitos de confeti, pero ellos ya saben usar el pegamento.

Hemos pasado una tarde entretenida y están muy satisfechos con la decoración tan bonita y colorida que tenemos en casa.