Cunas, minicunas, moisés y demás inventos para dormir
A raíz de la próxima llegada de nuestro tercer bebé, me ha parecido interesante escribir sobre aspectos relacionados con las compras para preparar su llegada ya que me he dado cuenta que mi punto de vista ha cambiado mucho desde el nacimiento del primero y este tercero. A parte que se ha visto influenciado, no solo por la experiencia personal, si no también por el hecho de haber trabajado muchos años en puericultura. Inauguro esta sección hablando de cunas, minicunas y demás inventos para dormir.
El bebé necesita sí o sí, un lugar donde dormir. Ya sea propio o con los papás. Hasta ahí todos de acuerdo. ¿Opciones? ¡miles!
Empezamos con el colecho que es la que menos opciones ofrece en cuanto a artículos en el mercado.
Colecho
El colecho es una práctica que consiste en dormir con el bebé en la misma habitación y en la misma cama o en una cuna unida a la cama de los padres. Esta práctica ha sido objeto de debate durante años y ha generado diferentes opiniones entre los padres y los expertos en crianza. Mientras que algunos padres lo consideran como una forma natural y beneficiosa de criar a su bebé, otros lo ven como un riesgo para la seguridad del bebé. En cualquier caso, es importante conocer los diferentes enfoques y opciones que existen para el colecho, y así tomar una decisión informada que se adapte a las necesidades y preferencias de cada familia..
Dormir en la misma cama que los papás
Dormir en la misma cama que los padres es una opción de colecho muy común. Sin embargo, algunos padres primerizos pueden tener preocupaciones sobre la seguridad de su bebé en la misma cama que ellos. Una de las preocupaciones más comunes es el miedo a aplastar al bebé durante la noche.
Para abordar esta preocupación, existen cojines anti-vuelco que pueden ayudar a prevenir que los padres se rueden sobre el bebé mientras duermen. Estos cojines ayudan a mantenerlo en su lugar durante la noche. Sin embargo, es importante recordar que estos cojines no son una medida de seguridad infalible y nunca deben reemplazar la supervisión y precaución adecuadas por parte de los padres.
Es importante señalar que la mayoría de los padres se adaptan rápidamente a tener a su bebé en la misma cama y suelen desarrollar un fuerte instinto para proteger al bebé mientras duermen. De hecho, la cercanía física puede ayudar a los padres a estar más alerta ante cualquier necesidad del bebé durante la noche, como el hambre, el cambio de pañales o simplemente la necesidad de un contacto físico reconfortante.
Además, el colecho en la misma cama puede ayudar a mejorar la calidad del sueño tanto para los padres como para el bebé, ya que la cercanía física y el contacto piel con piel pueden ayudar a regular el ritmo cardíaco y la temperatura del bebé, así como a calmar su sistema nervioso.
Cuna o cama en sidecar
Otra opción popular para el colecho es utilizar una cuna en sidecar. Este tipo de solución permite que el bebé tenga su propio espacio para dormir, pero a la vez está cerca de los padres para facilitar el cuidado y la atención. Las cunas de colecho son especialmente diseñadas para unir a la cama de los padres y permitir que el bebé tenga acceso fácil y rápido a la atención durante la noche. Una de las ventajas de las cunas de colecho es que son más pequeñas que una cuna convencional, pero más grandes que las minicunas y los moisés, lo que las hace una excelente opción para aquellos que tienen un espacio limitado en la habitación.
Existen muchos tipos de cunas de colecho en el mercado, desde cunas de madera tradicionales hasta cunas de viaje y evolutivas que pueden crecer con el bebé. Además, las cunas de colecho se pueden ajustar en altura para adaptarse a todo tipo de camas. Aunque las cunas de colecho pueden ser un poco más caras que las cunas convencionales, cada vez hay más modelos en el mercado, lo que permite una mayor variedad de precios.
Otra opción es transformar una cuna convencional en una cuna de colecho. Muchas veces los padres tienen una cuna que ya no utilizan o compran una cuna convencional para su bebé. Para transformar una cuna convencional en una cuna de colecho, simplemente hay que quitar uno de los lados y colocar la cuna junto a la cama. Sin embargo, esto puede debilitar la estructura de la cuna y poner en peligro la seguridad del bebé. Por esta razón, es importante buscar formas de reforzar la cuna antes de utilizarla como cuna de colecho. En internet hay muchos tutoriales sobre cómo transformar una cuna convencional en una cuna de colecho y cómo reforzarla para garantizar la seguridad del bebé.
Finalmente, si los padres desean colechar por un largo periodo de tiempo, pueden optar por utilizar una cama infantil en lugar de una cuna. Las camas infantiles son más grandes que las cunas y proporcionan un espacio más cómodo para el bebé a medida que crece.
En general, cualquier opción de colecho debe ser segura y cómoda tanto para el bebé como para los padres.
Tipos de cunas
Si tenemos claro que no queremos colechar y que el bebé dormirá en su propia cuna desde el principio, tenemos varias opciones. Las voy a nombrar según el orden que suelen usarse, pero como todo, cada familia lo adapta a sus necesidades y economía.
Capazo del cochecito
Algunas personas optan por usar el capazo del cochecito como cuna durante los primeros meses del bebé, ya sea por ahorrar dinero o por evitar tener demasiados objetos en casa. Sin embargo, no todos los tipos de capazos son adecuados para este propósito. Los capazos homologados, que se utilizan para pasear al bebé, no son la mejor opción, ya que suelen estar hechos de plástico que no transpira, tejidos inflamables y otros materiales que no proporcionan el entorno más seguro y cómodo para el bebé.
En cambio, se recomienda usar un capazo que esté hecho de materiales transpirables, con una base de madera y un buen colchón. Estos capazos suelen ser los que vienen con los cochecitos de gama alta, aunque cada vez más fabricantes están empezando a ofrecer este tipo de capazo en sus modelos estándar.
Es importante tener en cuenta que, aunque se sugiere utilizar el capazo del cochecito hasta los 6 meses para pasear al bebé, si se usa como cuna, su uso recomendado es de aproximadamente 4 meses. Esto se debe a que, al ser estrecho, los bebés más grandes pueden topar con los laterales al moverse y no dormir cómodamente.
Moisés
El moisés es una cesta de mimbre con patas que ha sido utilizada como cama para bebés desde hace mucho tiempo. A menudo tienen una base de madera que, como se mencionó anteriormente, es recomendable para el correcto desarrollo de la columna vertebral del bebé. Están disponibles en una amplia variedad de estilos, desde los más clásicos con faldones adornados con volantes y lazos hasta los más modernos con textiles de colores vivos. Aproximadamente, el moisés es adecuado para ser utilizado hasta los 4 meses, ya que, una vez que el bebé aprende a voltearse, las paredes bajas del moisés pueden ser peligrosas. Sin embargo, esto depende del bebé, puesto que algunos son muy tranquilos, mientras que otros son más activos y podrían necesitar un cambio antes. Los precios suelen comenzar a partir de los 100-110 €.
Desde mi experiencia, si hay otros niños o perros grandes en la casa, el moisés no es la mejor opción, ya que puede no ser muy estable y volcarse. Si decides utilizar un moisés, asegúrate de colocarlo en un lugar seguro y estable.
Minicuna
La minicuna es una opción ideal para los primeros meses del bebé y deben llevar en el mercado desde finales de lo 90. Al ser más grande que el moisés, ofrece mayor durabilidad y comodidad al bebé. Normalmente, se fabrican con tela transpirable y tienen una base de madera con patas en forma de aspa. También existen opciones similares a las cunas convencionales, pero en versión miniatura. En los últimos años, se han desarrollado minicunas con estructuras de aluminio que son muy ligeras y fáciles de transportar.
Tanto la minicuna como el moisés nos permiten llevar al bebé por la casa durante el día y no tener que limitarnos a una sola habitación. Si buscamos un poco, podemos encontrar minicunas a partir de los 80-85 €.
Cuna convencional
La cuna convencional es la opción más popular en cuanto a cunas se refiere. Generalmente están hechas de madera y tienen barrotes. Existen modelos sencillos y otros más completos con distintas alturas de somier, laterales abatibles, diseños grabados, y una variedad de colores y estilos para elegir. La medida más común es de 120x60cm.
Es importante tener en cuenta que si se trata de cunas heredadas o hechas a mano, deben cumplir ciertas medidas de seguridad que han ido cambiando con el tiempo a raíz de accidentes de bebés. La última normativa (UNE-EN 716-1:2008) data del 2008, por lo que si se tiene una cuna más antigua, se debe asegurar que cumple con la normativa y es segura para el bebé.
Los barrotes deben tener una distancia correcta entre 4,5 y 6,5 cm. para evitar que el bebé pueda introducir la cabeza y quedar atrapado. Además, el ancho mínimo de la cuna debe ser de 60 cm y al menos dos de las cuatro ruedas deben tener freno. Es importante que las pinturas no sean tóxicas ni se desprendan, asegurándose de la calidad de los materiales utilizados.
En cuanto a precios, se pueden encontrar opciones desde los 45-50 € en grandes superficies, pero también existen modelos más costosos con detalles más elaborados. En cualquier caso, la seguridad y comodidad del bebé deben ser la principal prioridad al elegir una cuna convencional.
Cuna convertible en dormitorio juvenil
Las cunas convertibles son una opción cada vez más popular entre los padres, ya que a pesar de que el gasto inicial es mayor, la inversión es a largo plazo y se amortiza con el tiempo.
Estas cunas son más grandes que las convencionales, con dimensiones interiores de alrededor de 130x80cm y suelen estar conectadas a estanterías o cajoneras con cambiador. Además, tienen cajones o una cama nido debajo.
La gran ventaja de estas cunas es que, una vez que el bebé ya no duerme en ella, se puede desmontar y reconfigurar para su uso a largo plazo. En su segunda configuración, se convierte en una cama de 190×90, con escritorio y cajonera o mesita. De esta manera, se ahorra dinero al no tener que comprar una cama y un escritorio nuevos.
Es importante tener en cuenta que, para poder aprovechar al máximo la cuna convertible, es recomendable no elegir colores y decoraciones demasiado infantiles, ya que esto no será del agrado de un adolescente. De esta manera, se garantiza una mayor durabilidad y utilidad a largo plazo.
Cuna evolutiva
La cuna evolutiva es una opción práctica para los padres que buscan una solución duradera para el descanso de su bebé. Este tipo de cuna combina en un solo producto la funcionalidad de una minicuna, una cuna y, en algunos casos, una primera camita infantil. Aunque esta versatilidad puede ser atractiva, la oferta en el mercado aún no es muy amplia, lo que se traduce en precios elevados. Aunque estas cunas crecen con el bebé, su precio puede resultar más caro que comprar cada pieza por separado.
Las cunas evolutivas constan de varias piezas que se pueden configurar como una minicuna y, a medida que el bebé crece, se van añadiendo piezas para convertirla en una cuna completa. También existen modelos extensibles, que se pueden alargar según las necesidades del bebé.
Cuna convertible en camita
La cuna-cama es una opción interesante para aquellos padres que buscan una solución duradera y versátil para el descanso de su bebé. Estas cunas pueden convertirse en camas infantiles, lo que les permite ser utilizadas durante un período de tiempo más prolongado. En su versión de cuna, suelen ser más grandes que una cuna convencional, con unas medidas habituales de 140×70 cm, lo que permite su uso durante más tiempo.
Una vez convertidas en camas, mantienen las mismas dimensiones, por lo que se pueden utilizar hasta los 5-6 años. Después de esa edad, habrá que comprar una cama normal. La cuna-cama es una opción práctica que permite ahorrar dinero a largo plazo, ya que no es necesario adquirir una nueva cama una vez que el bebé no quepa en la cuna.
Cuna de viaje
La cuna de viaje es una opción económica para aquellos padres que necesitan una cuna portátil para llevar consigo durante los viajes o para utilizarla en segundas residencias o casas de familiares. Aunque existen modelos que tienen precios similares a las cunas de madera tradicionales, en general, las cunas de viaje suelen ser más económicas.
Estas cunas son plegables y se incluye una bolsa para transportarlas, lo que las convierte en una opción práctica para viajar. Sin embargo, si se van a utilizar a diario, es importante contar con un buen colchón para garantizar la comodidad del bebé.
Existen modelos muy sencillos y otros más completos que cuentan con dos alturas, cambiador, porta objetos, carrusel musical y vibración.
Camita infantil
Aunque menos común, también existe la opción de utilizar una cama desde el nacimiento del bebé. Esta alternativa puede ser una cama normal o una camita infantil más pequeña. En ambos casos, se puede añadir una barandilla y un reductor para que el bebé se sienta más acurrucado durante los primeros meses.
Algunas camitas infantiles son extensibles, lo que permite ajustar el espacio en función de las necesidades del bebé. Esta opción puede ser útil para aquellos padres que buscan una solución a largo plazo, ya que la cama infantil puede ser utilizada durante varios años.
Es importante tener en cuenta que, a diferencia de las cunas tradicionales, las camas no suelen tener bordes elevados para evitar que el bebé se caiga. Por esta razón, es fundamental asegurarse de que la cama sea segura y esté adaptada a las necesidades del bebé antes de utilizarla.
La elección de que tipo o tipos de cuna comprar dependerá de las necesidades de cada uno. Hay quien compra minicuna y luego cuna, quien usa la cuna grande (convencional o convertible) desde el primer día con o sin reductor. A veces queremos comprar lo mejor para el bebé y al final no resulta la mejor compra, porqué no hay forma de saber lo que es mejor en cada caso.
Mi experiencia
Quiero compartir mi experiencia práctica con dos hijos y otro en camino. Sin embargo, es importante tener en cuenta que lo que funcionó para mi familia, quizás no sea lo mejor para la tuya.
Con mi primer hijo, caímos en el error común de los padres primerizos de comprar todo lo que veíamos en las tiendas. Tuvimos un moisés y una minicuna, ambos heredados, y una cuna convencional. Aunque el moisés lo usamos poco, ya que lo teníamos abajo en el salón, lo usamos para las siestas. Podríamos haber pasado sin él, pero por ser el mío de pequeña, me hacía ilusión usarlo. La minicuna la usamos hasta los 4 meses, y luego pasamos al bebé a la cuna convencional en nuestra habitación. Lo cambiamos porque por las noches daba muchas vueltas y se despertaba al no tener suficiente espacio. La minicuna la bajamos al salón y la usamos hasta los 7 meses. Durmió en la cuna hasta cerca de los 3 años. Debo decir que el mayor era un buen dormilón, antes de los tres meses dormía toda la noche y hacía largas siestas. Así que, excepto por el moisés, que tuvimos de más a más, la minicuna y la cuna fueron bien aprovechadas.
Sin embargo, con mi segundo hijo, la historia fue diferente. Compré una minicuna porque heredaría la cuna de su hermano, pero ¡ni siquiera la estrenó! Cada vez que lo ponía en la minicuna o en el capazo del carrito, abría los ojos como naranjas y comenzaba a llorar. Parecía como si alguien hubiera puesto pinchos en la cuna. Así que la minicuna terminó arrinconada, criando polvo y acumulando trastos y ropa para planchar. Mi hijo estaba más cómodo y a gusto durmiendo conmigo, y debo admitir que yo también. Me resultaba muy cómodo darle el pecho sin tener que levantarme y desvelarme. Si era necesario, le cambiaba el pañal rápidamente, lo ponía un momento al pecho y se volvía a dormir.
Más adelante, intentamos usar la cuna desmontando un lateral y poniéndola contra la pared, al lado de nuestra cama, pero no había forma, él quería contacto conmigo. Así que la cuna se convirtió en decoración en su habitación y, aprovechando una mudanza, la guardamos. A los 2 años, nuestro hijo decidió que quería dormir con su hermano en la habitación de mayores y así acabó nuestra etapa de colecho.
Ahora estamos esperando al bebé y hemos decidido que no compraremos ni minicuna ni cuna, sino que directamente haremos colecho. Si al bebé no le gusta, en todo caso, compraremos una cuna de viaje que luego podamos guardar o llevar con nosotros cuando viajemos a España.